18/2/16

Soldados. También héroes.




Había imaginado de otro modo mi vida. Entonces, claro esta, era solo un niño. Ahora noto, sin darme cuenta de la jugada, que mi vida era una carta marcada. Una bala, una vida. Una lágrima que vale más en una tierra que en otra.

Cuando los veo, en sus aviones, en sus carros blindados...malditos, todos ellos. Al mismo tiempo que los veo siento nauseas, arcadas y un odio visceral. Malditos perros, aquí abajo la metralla salta ronroneando. No distingue entre niños, mujeres y hombres. 

En las calles los escombros se amontonan, entre piedras y más piedras los cuerpos de mis hermanos yacen sucumbidos...No, no tuvieron ninguna opción.

En esta tierra he vivido desde que nací, para unos soy el enemigo, para otros soldado, pero tan sólo soy un ser humano. Y esta es la tierra de mis padres, ni más ni menos...


Saco un paquete de tabaco y lo comparto con mis amigos. En sus caras resplandece una vieja sonrisa, esa que todavía no nos han podido robar. Son para mi corazón como unos esperanzadores rayos de sol.

La noche vuelve a la morada, se respira, una vez más, el aura de la muerte. Ahora es cuando piensas, ¿veré un nuevo amanecer? Algunos guardan silencio, apoyados sobres sus fusiles de asalto MP44 Sturmgewehr, en las entrañas del túnel los violines tienen gatillo y su música es desgarradora...

Sostengo una dura batalla, egoísta y sucia, contra mi propia persona. Salir de la madriguera, una bala, un misil...Buahh, la cabeza estalla entre tantos pensamientos. Mi alma siente un calor fuera de lo natural, una voz dice "debes hacerlo". Sombras de muerte, luces de vida. 

Agazapado, vuelvo a mirar a mis compañeros, que inician rezos por nuestras almas perdidas en el pasado.

Iniciamos la marcha, siento el túnel como un embudo. Ya no hay lugar para la marcha atrás, nunca la hubo desde que nací. Envueltos en una guerra que no empezamos, y que seguramente tampoco concluyamos con nuestra sangre. Comunistas a un extremo. Nosotros, españoles con aguilucho como estandarte, al otro. Aquí la muerte decrece para regresar con más virulencia. Es una pandemia.

Se reciben las ordenes exactas. No hay ocasión de réplica. Por nuestro país, y por algo que jamás comprendí. 

El túnel llega a su fin, la mirada queda atrapada en el más allá.

Toca salir, tocar matar. Toca salir, toca morir...
John G.S

2 comentarios:

  1. Me ha gustado, compañero, tiene una especie de melancolía, (natural en historias de corte bélico), muy encantadora, un toque gris, pero bonito, duro, triste, pero muy bueno. ¡A seguir así!

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  2. De las que gustan. Ahora que este país mira a sus veteranos de guerra como asesinos, no tenía más remedio que remarcar el miedo, la incertidumbre, y el desconocimiento que existe en la guerra. Gracias amigo.

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